La altura de la bodega Heretat Mascorrubí, entre 500 y 700 metros, hace que sus vinos tengan una personalidad propia fruto de la maduración equilibrada debido al suelo pobre y pedregoso y de la diferencia térmica del día a la noche durante la etapa de la maduración de la uva, creando una óptima concentración aromática.
Esta particularidad define la identidad de los primeros tres vinos de la bodega, donde las curvas de nivel y los colores representan la altura del terreno y las cualidades organolépticas de cada uno de ellos.